Sudán del Sur: capital Juba; el país más joven del mundo. El presidente del Parlamento, James Wani Igga, leyó el 9 de julio de 2011 la declaración de independencia y la bandera de Sudán fue reemplazada por la nueva, que tiene un color y una estrella más. Salva Kiir, firmó la Constitución de transición y juró como presidente.
Esperanzas y pendientes internacionales
“Esperemos que este momento represente para el Sur y para el Norte una declaración de su compromiso con el proceso de paz que ojalá sea concluido en torno a una mesa de negociaciones”, expresó el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon.
En el acto solemne estuvieron presentes jefes de Estado y dignatarios de todo el mundo, también Omar al Bashir, presidente de Sudán, sobre el que pesa la orden de detención dictada desde la Corte Penal Internacional por los crímenes de guerra cometidos en lo que, desde hoy, es Sudán del Sur.
Medio siglo de guerra
En 1955 comenzó oficialmente la primera guerra entre el norte y el sur de Sudán, pocos meses antes de su planificada independencia de Reino Unido. Ya en ese entonces, los habitantes del sur temían que la independencia representase para ellos ser ciudadanos de segunda clase. Pues, mientras Egipto y Gran Bretaña administraban la región norte –mayormente musulmana-, la sur pertenecía a la colonia “África Británica del Este”.
Salva Kiir Mayardit, primer presidente de Sudán del Sur“El poder se focalizaba en Jartum y en el Nilo; la inversiones se hicieron en el norte”, explica Elke Grawert, especialista en la región del Konversionszentrum de Bonn. El sur carecía de infraestructura, los pobladores –mayormente cristianos- se dedicaban a la agricultura y al pastoreo. En 1955, soldados sureños se revelaron: no querían servir a órdenes de los árabes del norte. La guerra comenzó.
En 1972 lograron el acuerdo de paz de Addis Abeba, que concedía a la región autonomía política. Sin embargo, “una y otra vez, el norte interfería en sus asuntos”, explica Alfred Lokuji, profesor de Historia en la Universidad de Juba en Sudán del Sur. Cuando en 1983 Yaafar al-Numeiry disolvió el Parlamento introduciendo el derecho islámico, el sur volvió a alzarse. El enviado de Jartum para pacificar la región, Johan Garang, se unió a la revuelta. El Ejército de Liberación del Pueblo de Sudán había nacido.
El conflicto -que ha costado unas dos millones de víctimas y otros cuatro millones de desplazados- se prolongó hasta el 2005, cuando en un nuevo tratado se propuso un plazo de seis años para que el sur decidiera si quería su independencia. En el referéndum de enero de 2011, el 99 por ciento de la población se pronunció a favor de la independencia.
Un Estado a construir
No obstante, la paz no está asegurada: continúa sin aclararse la polémica entre las fronteras exactas y el reparto de los rendimientos petroleros (el norte ocupó en mayo de 2011 la región petrolífera de Abyei). Por otro lado, la infraestructura en el sur casi no existe, no hay abastecimiento de agua ni de luz, más de la mitad de la población vive con el mínimo, 70 por ciento de la población no sabe leer ni escribir y la mortalidad materna es una de las mayores en del continente.
Con todo, la población ondeó esperanzada su nueva bandera. "Esta independencia supone un nuevo comienzo para Sudán del Sur. La comunidad internacional tiene una responsabilidad de cara al nuevo país", dijo Ban Ki Moon.
Sudán y Sudán del Sur¿Ayuda para desarrollo?
Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, expresó su deseo de que tanto Sudán como Sudán del Sur se conviertan en dos “Estados estables”, para lo cual aseguró la ayuda de Berlín. “Quiero dejar claro que Alemania se toma muy en serio el desarrollo en el continente africano”, dijo la líder germana, cuyo gobierno selló en junio un nuevo concepto de ayuda para el desarrollo del África en cuyo centro se encuentran las materias primas y la seguridad energética. A vísperas de iniciar una gira por ese continente, “África está en movimiento”, afirmó Merkel subrayando: “hoy es un día especial para África, tiene un nuevo Estado. En la agenda de la presidencia alemana del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el tema Sudán ocupa un lugar principal”.