Todos comunicamos algo.
El Facebook, por ejemplo, como instrumento de interacción social, es utilizado para construir identidad. Una identidad que para muchos, aún no ha sido establecida, que, por el contrario, está en una constante búsqueda y mutación para definirse ante la sociedad. La foto de perfil, las portadas, los enlaces compartidos, los mensajes, todo es un intento de decir quién es, qué hace, cómo vive, en qué gasta, qué tan bueno es, etc.
Lo encontrado no fue más que una especie de vaticinio de Pilar Sordo hace algún tiempo: las chicas, por lo general, necesitan mostrarse fuertes, independientes, clásicas mujeres ejecutivas del S. XXI; los jóvenes, por el contrario, empiezan a debatir en grupos, foros, escriben textos con lenguaje técnico, comparten frases filosóficas, etc. Facebook, específicamente, es un espacio hecho para compartir, pero también para construir un “yo artificial”. En Facebook, los usuarios comparten actualizaciones a cada instante. Indican qué están comiendo, dónde se encuentran, con quiénes están, qué están haciendo, lo que sea. Suben fotos a cada minuto y cambian la de su perfil diariamente. ‘Likean’ o comentan fotos antiguas para que aparezcan en las noticias recientes y ganen más comentarios o likes. Envían solicitudes para juegos y aplicaciones. Necesitan tener el chat ‘conectado’ para no sentirse solos. Publicaciones sin muchos likes o comentarios, las eliminan. Muestran relaciones sentimentales en el muro, luego al poco tiempo las eliminan.
Nuestra vida social está en vista de todo el mundo. Los evaluadores pueden definir nuestra estabilidad emocional ojeando nuestras cuentas. Las empresas tampoco pueden escapar a esta evolución de las redes sociales. Un cliente insatisfecho puede bajarse la imagen empresarial de una marca compartiendo un solo comentario o foto. Un perfil personal, hoy en día, es un diagnóstico perfecto para evaluar aquello que escapa del reclutador en una entrevista presencial, por ejemplo. La ‘vida virtual’ es un intento de mejorar la que uno tiene, por eso se intenta siempre mostrar una cara buena de la moneda. Por otro lado, existen personas que ignoran por completo la importancia de la imagen pública en sitios tan sobreexpuestos como las redes sociales. Cada publicación, cada foto comunica un mensaje que puede traernos a bajo la construcción de nuestro perfil profesional ¿Se ha puesto a pensar la manera en que repercuten sus publicaciones en su vida profesional? En este texto no nos vamos a enfocar en protocolos, ni en patrones de buenas conductas sociales, lo que sí vamos a resaltar es que tenemos que tener en cuenta que, a nivel profesional, existen ciertos detalles que debemos de evitar para que nuestra imagen hable bien de nosotros. Tenemos que cuidar nuestros perfiles, ya sea en facebook, twitter, instagram, etc. En linkedin mostramos nuestra imagen profesional y ahí sí somos muy cuidadosos de lo que estamos comunicando, porque sabemos que las empresas ojearán nuestro perfil, mientras que en las demás redes mencionadas, nos interesa poco lo que estamos diciendo, porque consideramos lugares más íntimos y cerrados. El dilema nace en cómo usar nuestras cuentas: ¿de forma personal o de forma profesional? la respuesta: utilice una cuenta distinta para cada enfoque. Utilice una cuenta profesional como ‘fan page’ y una cuenta común para su enfoque personal, cuidando siempre de que sus movimientos sean ‘saludables’, por así decirlo.
Evitemos las fotografías que comprometan nuestra imagen pública. Utilice filtros de seguridad para las etiquetas de terceros. Cuide demasiado su ortografía. No hay peor decepción, en cualquier nivel, que leer publicaciones con faltas escandalosas de redacción y ortografía. Las fotos de perfil y los colores utilizados en las portadas deberían de ser uniformes en todas sus cuentas sociales (incluyendo el whatsapp), por una cuestión básica de orden y limpieza visual. Estar mucho rato con el chat conectado comunica que no tenemos nada que hacer y estamos perdiendo el tiempo en facebook. Hay que evitar a toda costa compartir estados de problemas personales o cosas referidas al amor. Una red social no es un foro de ayuda donde uno desahoga sus penas.
La imagen pública en las redes sociales es un arma de doble filo, porque así como nos puede sepultar, también le podemos sacar bastante provecho. Como te vendes te contratan, decía la portada de un libro de Jorge Muniain. Utilicemos un perfil público como una oportunidad para mostrar nuestro trabajo y la manera en que podemos ser útiles para una organización. Cada vez que vaya a hacer algún movimiento en las redes sociales, no se pregunte ¿cómo me veo?, pregúntese ¿qué comunico? Señores, el manejo de la percepción, en el mundo del personal branding, es nuestra gran ventaja diferencial. Las marcas personales aplicamos marketing en nuestra vida todos los días, desde que conversamos con el vigilante de la esquina, hasta con el mozo que nos atendió en el restaunrant. En un mundo tan competitivo y parejo como el nuestro, la gran ventaja diferencial con los demás, es el personal branding. Recordemos que una adecuada administración de nuestra imagen pública nos ayudará a ser profesionales con mayor empleabilidad.
Opinión de Miguel A. Koo Vargas
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